domingo, 4 de octubre de 2009

Ocio, melancolia e inspiracion...



Esta imagen es el resultado de una tarde de aburrimiento, me aleje un poco de doña pereza
ahora comprendo que es muy mala influencia, me gusto como quedo =) amo el photoshop n_n
Saludos, espero pasar mas por seguido por aquí, siempre y cuando doña desidia no me visite...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una chica que va pasando por la calle recuerda cuando grafiteaba con su novio en esa pared. A ella la mató un policía cuando la vio grafitear. Siempre regresa al mismo lugar en el que su novio y ella pintaban, y su fantasma está hecho de trazos.

Una chica integrada a la mancha urbana.

Es una mancha en el piso. Un chicle mil veces pisado. El cuerpo se le sale por los ojos. La carne se desborda en las orillas pintadas de rojo.

Es una violinista que, harta de su novio grupero, quiere hacer algo diferente. Cualquier cosa. Todo es destacable cuando los demás están quietos en sus conchas.

-Lo acepté porque besa bien. Fuera de eso, es una mierda. No quiero amarlo.

Ella es su llanto. Se entrega en gotas distribuidas en los peores momentos de su vida. Toca su pecho con el dedo índice y luego tamborilea las yemas del resto de su mano en la frente de él. Le dice que por siempre estará en sus recuerdos, pero él no la entiende.
Alegría llorosa por saber que lo encontrado nunca será real, pero al menos sabía que eso estaba ahí, que era conseguible. Con eso basta.

Antes de irse de la tocada grupera se mira en el espejo del baño que comparten hombres y mujeres, por turnos.

Escribe sus sensaciones en un papel. En el papel quedan líneas de lo que quiso decir, quedan sus lamentos, queda su rostro buscando lo perdido. Sólo trazos.

Luego se transforma en cualquier calle.

Harta del novio, sale del antro. Como ella es cualquier calle, sabe cómo llegar a la suya. Sabe, pero no lo hace.

Los diablos la provocan. Por eso
emerge y asusta a la gente. Se apodera de todas las calles. Es un sol negro al que nadie debe mirar de frente por el riesgo de abrir los ojos a la realidad.

No hay más que sombras. Y algunos trazos que nos recuerdan lo que fuimos, lo que somos... ¿lo que seremos?